Ñoras, ñores, como dijo el humorista, ya tenemos ganadora de la prueba 32:
Rocío Rodríguez nos aclaró que las fotos heladas corresponden al
Parque Nacional Los Glaciares, en la Patagonia argentina, sin ir más lejos (mucho más lejos, por ese camino, no se puede ir sin salir del hemisferio). Y al
Perito Moreno, admirado protagonista de una visita sin duda recomendable. Nos cuenta Rocío que, cuando empiece a trabajar, su primer sueldo lo reservará para visitar Argentina. Le alabo el gusto: desde las tierras norteñas, en la frontera con Bolivia, algunas de cuyas imágenes comentamos aquí mismo, pasando por la gran Buenos Aires y bajando hasta casi, casi, la Tierra de Fuego, el recorrido por aquel país me dejó con ganas, muchas, de volver. Por lo pronto me conformo con este retorno virtual; no dan para más ni el tiempo ni la nómina.
¿Qué os puedo decir del Perito y sus parientes? Supongo que ya sabéis que el curioso nombre se debe a Francisco Pascasio Moreno, naturalista, político y expedicionario que recorrió la zona austral del país. Todos los guías advierten al turista de la

honda emoción que les aguarda cuando, al tomar una de las curvas en el camino desde El Calafate -población "inventada" en 1927 por el gobierno argentino para consolidar la población de la zona, en principio turística- se topan con tan maravillosa estampa. Algo así como el síndrome de Stendhal, provocado en este caso por la increíble belleza natural del hielo, por cuya gama de azules hay que dejarse hechizar. Si se visita durante el invierno austral (julio y agosto) el silencio puede llegar a ser tal que nos permita escuchar los pequeños desprendimientos que constantemente van modificando la estructura del glaciar. Uno lo mira y se vuelve nada, o muy poquita cosa. Pero no es suficiente: hay que tomar un barco para conocer a los parientes: el glaciar Upsala (llamado así en honor a la universidad sueca de otra heladísima villa), el Spegazzini, el Onelli... Sobre nosotros
un cóndor pasa, como en la danza final (cashua) de una zarzu

ela peruana que adaptó y popularizó
Paul Simon. Hay versiones muy variadas, desde la original en quechua hasta las de Gigliola Cinquetti o Plácido Domingo. Por cierto, ¿cuándo visitamos Perú?
Letra en quechua (basada en una canción tradicional de amor originaria de Jauja, esa ciudad donde algunos creen vivir)
Yaw kuntur llaqtay urqupi tiyaq maymantam qawamuwachkanki, kuntur, kuntur apallaway llaqtanchikman, wasinchikman chay chiri urqupi, kutiytam munani, kuntur, kuntur. Qusqu llaqtapim plazachallanpim suyaykamullaway, Machu Piqchupi Wayna Piqchupi purikunanchikpaq.Versión en españolOh majestuoso Cóndor de los Andes, llévame, a mi hogar, en los Andes, Oh Cóndor. Quiero volver a mi tierra querida y vivir con mis hermanos Incas, que es lo que más añoro oh Cóndor. En el Cusco, en la plaza principal, espérame para que a Machu Picchu y Huayna Picchu vayamos a pasear.Letra de Armando Robles, a partir de la canción de Simon y GarfunkelPrefiero ser un cóndor que un gorrión
y volar sin soñar y sin canción.
Prefiero ser un árbol que una flor
y crecer sin temer y sin dolor.
Buscar sin encontrar jamás
sin descansar, sin fe ni paz.
Partir y nunca regresar y así vivir
y así pasar. Y así pasar.
Prefiero ser el beso que el amor
y olvidar sin llorar y sin rencor.
Prefiero ser la lluvia sobre el mar
y morir sin sufrir y sin cesar.
Buscar sin regresar jamás
sin encontrar ni fe ni paz.
Partir y nunca descansar y así vivir
y así pasar. Y así pasar ...
Me cuesta salir del parque de hielo, pero el concurso sigue por otras tierras. Os propongo que averigüéis dónde están tomadas las tres fotos de hoy. Ya me contaréis.