domingo, 28 de febrero de 2010

¿Dónde está? 19ª prueba




Como bien dice nuestro bloguero Jesús, son ustedes muy rápidas. En seguida Sandra ha averiguado que las dos imágenes de la entrada anterior correspondían a Estocolmo. La primera es una vista general de una ciudad entre lagos; de hecho, está edificada sobre catorce islas y por ello la llaman "la Venecia del Norte". El edificio de la Bolsa, en la Gran Plaza, se muestra en la segunda imagen; en él se reúnen los académicos para decidir a quién van a otorgar el preciado Nobel de literatura.

Suecia está de moda y su capital, en particular, gracias al éxito de una serie de novelas de Stieg Larsson, trilogía conocida como "Millennium". Los títulos son "Los hombres que no amaban a las mujeres", "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" y "La reina en el palacio de las corrientes de aire". Su protagonista femenina, Lisbeth Salander, se mueve entre la estética gótica y la punk, y modifica sustancialmente la concepción de heroína más común en la novela policíaca. No a todo el mundo ha gustado esta trilogía: unos críticos la consideran original y bien escrita; para otros no pasa de ser un best-seller sin tanta calidad como se pregona. A Mario Vargas Llosa sí le ha gustado: aquí podéis leer un artículo suyo sobre la obra.

De cualquier modo, lo que sí ha logrado Larsson -aparte del empeño de su compañera por reivindicar los derechos de su última obra- es que a sus lectores les apetezca mucho visitar Estocolmo. Se han publicado varias guías turísticas que ofrecen un recorrido por la ciudad basado en el de Salander y Blomkvist, los justicieros protagonistas. Independientemente de todo este afán por conocer las calles de Millennium, Estocolmo merece una visita con o sin la ayuda de Larsson.

Y vamos con otra prueba. Quizá la calidad de las imágenes que tenéis arriba no sea mucha, dado que, finalmente, he tenido que escanear fotos de la era pre-digital. Os presento cuatro lugares cercanos entre sí cuyo atractivo para el visitante se alimenta de una figura histórica y literaria:

En el primero descansa.
En el segundo lo esperaron.
En el tercero y el cuarto tomaron nota.




sábado, 27 de febrero de 2010

¿Dónde está? 18ª prueba









Más tardé yo en poner las fotos que Rocío en averiguar de qué lugar se trataba: es, sí señorita, el Valle del Bohí (en catalán "La vall de boí"), comarca Alta Ribagorza, en la provincia de Lérida. Las iglesias son San Clemente de Taüll, de la que se muestran una vista exterior y otra de uno de los frescos que reproducen la figura del pantocrator, en el ábside, y la de Santa Eulalia, de la que elegí el curioso "Descendimiento" que podemos encontrar en su interior. En las cercanías de este conjunto arquitectónico románico se tomó la primera foto, una vista sobre el valle. Es una visita que os recomiendo encarecidamente.

Nueva prueba: Se trata de una hermosa ciudad que está de moda. O, por mejor decir, su literatura está resultando muy exitosa últimamente, al menos en lo que a público respecta. La primera imagen está tomada desde el Ayuntamiento (ya sabéis, uno de esos lugares a los que se accede tras una larga caminata en pendiente, si bien en este caso, si no recuerdo mal, el ascenso era cómodo, en espiral pero sin escalones). La segunda os muestra un edificio institucional que sirve de sede para que un grupo de damas y caballeros decidan un premio.

Queremos saber ciudad, edificio y galardón.

martes, 23 de febrero de 2010

¿Dónde está? 17ª prueba


La competición está reñida: hay liga. Las imágenes de la prueba anterior corresponden, como muy bien dice The Kaisher, al campo de concentración de Auschwitz, cerca de la ciudad de Cracovia, en Polonia. En realidad, se trata de dos lugares conectados, como os decía: hubo una ampliación del tristemente famoso complejo hostelero nazi llamada Birkenau (Auschwitz II), cuyas "literas" se podían ver en la segunda imagen. La piedra de Auschwitz era puro lujo comparada con esas tablas de madera por donde el gélido invierno polaco martirizaba, más si cabe, a sus huéspedes. Los objetos redondos que a alguno le parecieron platos no son sino latas del betún que usaban los prisioneros, suponemos que para lustrar las botas de sus esbirros; no lo precisaban las suyas.

Quizá no parezca de buen gusto exponer estas fotos, sobre todo en un contexto divertido e intrascendente como este. Pero ya se sabe que la mejor forma de no repetir la historia es recordarla, aunque al hacerlo convirtamos la crueldad desmedida en destino turístico ejerciendo de visitantes estivales. Se me ocurre pensar que, cuando recorremos el Coliseo, salvando las distancias, en cierto modo paseamos por la arena del sufrimiento y la injusta tiranía. Hay muchos ejemplos, no es necesario extenderse, de cómo las miserias del hombre acaban ocupando estantes en las agencias de viajes. Así que, aunque sea de mal gusto, no me ha parecido mal recordaros esta página negra de la historia, porque viajamos para complacer nuestros sentidos, pero también para saber y conocernos descubriendo de entrañas para dentro qué nos provoca la barbarie.

Cambiemos de tercio, de país y de horizonte. Para esta nueva prueba os propongo un paisaje que, en su conjunto, fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Y lo fue no sólo por su belleza natural sino por las edificaciones religiosas que conforman un conjunto arquitectónico imprescindible. Vosotros diréis.



jueves, 11 de febrero de 2010

¿Dónde está? 16ª prueba




No doy abasto con vosotros. Tendré que pedir una licencia para colgarme la cámara al cuello e ir en busca de material gráfico con que proveerme de imágenes que tan rápida y sorprendentemente reconocéis. Tal como averiguó nuestro amigo Kaisher, las anteriores corresponden a Tallin, la capital de Estonia. Además de la curiosa señal cuyo significado nos explicarán Sandra o Rocío uno de estos días, podíamos ver la catedral de Alexander Nevski, templo ortodoxo diseñado por Preobrazhensky (esto lo aclaro porque es un dato que no se os puede olvidar), en estilo renacentista ruso (un Renacimiento poco frecuentado el ruso, me parece) y una vista de la ciudad con el puerto al fondo y la torre de San Olav como elemento arquitectónico destacable. Tallin es una ciudad muy bella, casi de postal, demasiado perfecta, que fue posesión de alemanes, suecos, daneses y rusos. Quizá por ello se hablaba poco de ella y la hemos descubierto recientemente: es un hecho que se puso de moda en parte gracias a un festival de la canción que en estos últimos tiempos está empeñado en mostrar la horterada y lo kitsch como miembros envidiables de nuestra idiosincrasia. Miren ustedes por dónde, por una vez sirvió de algo.



Ahora que se avecinan días de relajo y lluvia, dicen, os dejo tarea, tres fotos que tenéis arriba. Cuando vuelva quiero los deberes hechos. Se trata de dos lugares muy cercanos, tanto, que son uno prolongación del otro y se nos aparecen inquietantes y sombríos. En el campo, esta vez.

viernes, 5 de febrero de 2010

¿Dónde está? Y van quince.




Dentro de nada voy a tener que buscar en los álbumes Hofmann, porque hace poco que me incorporé a la fotografía digital. Pero lleva su tiempo escanear las imágenes y que salgan comestibles. Por el momento, os propongo nuevas tomas, en este caso todas de una misma ciudad. Primero, como siempre, sin pistas. Ya veremos luego.

jueves, 4 de febrero de 2010

Algunas cosas que no tenemos

Estas chicas son muy hábiles. Sandra Martí y Rocío Rodriguez han acertado nuestra prueba "¿Dónde está? Las ciudades eran, por orden de aparición, Buenos Aires desde el Río de la Plata; Pisa, desde el Arno y Córdoba, lejana y sola, desde el Guadalquivir. Estaba difícil, la verdad. Pero nada se os resiste.

Albacete no tiene río y eso le quita encanto, si bien nos ahorra algunos contratiempos. Otras cosas que no tenemos son barrio antiguo, plazas -verdaderas plazas, plazas hermosas, con sus soportales y sus terracitas, no simulacros de plaza, sin encanto ni bullicio-; amabilidad en el trato -un poquito hoscos, un poquito bastante, diría yo, nos enseñamos al mundo-, un Fnac, un teatro donde realmente alquien pueda escuchar lo que se dice en el escenario, que suele ser para lo que la gente va (o un auditorio donde quepamos todos los que hagan falta); más conciertos multitudinarios, más conciertos minoritarios... y voy a dejarlo porque terminaré plagiando a los publicistas argentinos de la coca-cola. De qué me quejo: tenemos carril bici, un eterno carril bici que yo no uso sino para estorbar. A mí me gustaría mucho más un río, pero comprendo que resulta complicado ponerlo de una.