viernes, 12 de noviembre de 2010

¿Dónde está? 32ª prueba




No le costó demasiado a un nuevo visitante, Cide Hamete, situar las fotos anteriores muy cerca, en Madrid, villa y corte. Efectivamente, se trata de dos esculturas situadas en el exterior del Museo Reina Sofía, como él nos dice:

"...una reproducción de "El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella", de Alberto Sánchez, y "Brushstroke" o "Brochazo", de Roy Lichtenstein."

Las otras dos fotos están tomadas en calles cercanas a la Plaza de Santa Ana. Madrid estaba preciosa cuando la visité hace solo unos cuantos días: aún deben de quedar obras (esas que han sido objeto de chistes y chascarrillos durante años), pero lo cierto es que no me topé demasiadas, lo que se agradece enormemente. Dispuse de poco tiempo y éste no fue muy benigno con nosotros, pero mereció la pena. Dos horitas y poco más de tren para reconocer una ciudad a la que casi siempre termino viendo como al pariente lejano que se visita por compromiso cuando padece algún mal o se nos casa: de prisa, sin gana y por pura necesidad. Esta vez, por fin, me acerqué a ella como al amigo entrañable que, pese a no frecuentarlo, se deja halagar y nos ofrece sus mejores viandas: Una de museos (magnífica la exposición de Renoir en el Prado, breve pero realmente hermosa; interesante, aunque congestionada, la de Caixa Forum sobre Dalí, Lorca y sus amigos en la Residencia de Estudiantes; maravillosa la de Sorolla en su casa-museo, poco conocida pero ineludible, y dónde mejor que en la casa de uno); una de tapas (las bravas en el "callejón" de Valle-Inclán; los bocatas de calamares en la Plaza Mayor; las exquisiteces en el Mercado de San Miguel, que nos recuerda al Mercado Central de Budapest; unos vinitos en el barrio de las Letras o junto al Arco de Cuchilleros; una comida colombiana como es debido, con su ajiaco bogotano, su bandeja paisa compartida, sus patacones, su refajo y sus tinticos, en un lugar privilegiado que nos enfrentaba al Palacio Real y a la Almudena, a cuya falda se terminará convirtiendo el Manzanares, otrora denostado, en río de alcurnia, poblado por pescadores domingueros y paseantes con aire parisino; los cafés en los alrededores de la calle Arenal); una de teatro, en La Latina; una de música, en un restaurante cuyos camareros, estudiantes de canto, deleitan al comensal con deliciosas arias, fragmentos de zarzuela y canciones populares y, para ir abreviando, una de respirar, sin más, el aroma del Madrid castizo y moderno, tradicional, sí, pero con la cara lavada y recién peiná. Total, que después de este repaso al más puro estilo Pepe Reina, tengo que volver más a menudo, promesa que siempre me hago y, como siempre, me llevará dos o tres años cumplir.

Cambiemos de aires. Y no es una metáfora. Hasta aquí llega el frío de las nuevas fotos; para que nadie se me congele, las vamos moviendo un poquito esta vez.

4 comentarios:

  1. Che, boludo, cambiemos de aires, pero que sean buenos.

    Por cierto, ya veo cómo te manejas con las presentaciones y demás.

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  2. ¿Viste? Ahí vamos, aprendiendo, que nunca es tarde. ¿Vos sabés entonces?

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  3. Nos encontramos en la Patagonia Argentina. Supongo que las instantáneas estarán tomadas en el parque nacional Los Glaciares, que es la tercera superficie de hielo más extensa del mundo, donde destaca el Glaciar Perito Moreno.

    No sé si allí hará buen o mal aire, pero seguro que un poco de fresquillo sí.

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  4. Mª José, muy bien expuesto y muy recomendable todo. En esas fechas he de decir que estaba menos congestionada la exposición en el Instituto Cervantes referente a "México:libros,revistas y carteles entre 1920-1950", con obras de Diego Rivera,Miguel Covarrubias...
    También recomiendo la vista desde la azotea del Círculo de Bellas Artes.
    ¡¡¡Que fresquito y que recuerdos¡¡¡ en el Perito

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